La Naturaleza del Dolor Crónico y cómo abordarlo

A continuación te dejo otro post del blog del afamado médico cirujano de columna Dr. David Hanscom sobre cómo abordar el dolor crónico sin cirugías.

“El dolor crónico está sujeto al estrés Es de la vida cotidiana. Los sentimientos intensos pueden desencadenar, amplificar o incluso crear una sensación de dolor donde no hay causa física. Para empeorar las cosas, los desencadenantes del dolor generalmente operan por debajo de nuestra conciencia “.

Empecemos con una simple analogía. Imagina tocar accidentalmente una estufa encendida. Tan pronto como sientes ese intenso calor, tu mano retrocede reflexivamente. Ese dolor agudo (nuevo dolor causado por una lesión, inflamación o enfermedad) ilumina los circuitos en el “centro del dolor agudo” (área nociceptiva) del cerebro.

Ahora imagina que sientes el calor de la estufa pero no puedes retirar tu mano. ¿Cómo te sentirías? Usualmente las personas usan palabras como enojado, temeroso, asustado, enfurecido, todas reacciones naturales ante un dolor físico ineludible. Esas emociones desencadenan una cascada de sustancias químicas y hormonas (como las sustancias de lucha o huida, la adrenalina, el cortisol y las histaminas), que sensibilizan nuestro sistema nervioso, elevan nuestros niveles de ansiedad y amplifican nuestra sensación de dolor.

Cuando el dolor dura tres meses o más, se considera dolor crónico. En este punto, los circuitos neurológicos en el centro del dolor agudo se callan y, en cambio, el área emocional del cerebro comienza a iluminarse. En otras palabras, el paciente experimenta el mismo dolor, pero una parte diferente del cerebro lo impulsa: el área emocional. (2)

Ahora que nuestro dolor se centra en el área emocional de nuestro cerebro, está sujeto a las tensiones de la vida cotidiana. Los sentimientos intensos pueden desencadenar, amplificar o incluso crear una sensación de dolor donde no hay causa física. Para empeorar las cosas, los desencadenantes del dolor usualmente operan por debajo de nuestra conciencia.

Una gran cantidad de pacientes con dolor crónico acuden quejándose de dolor intenso, después de una pérdida personal, como una muerte en la familia o la pérdida de un empleo.

Por ejemplo, “Betty”, una mujer de unos sesenta años con un espolón en la parte inferior de la columna vertebral, padecía un caso grave de ciática. Durante la  conversación con el Dr. David Hanscom, indicó de que no sólo había perdido su trabajo, sino que también su esposo la había dejado a ella, y a su hijo adolescente le habían diagnosticado cáncer recientemente.

El Dr. David Hanscom le explicó a Betty, como a todos sus pacientes, que, en el caso de que un paciente sufra un trauma emocional grave, no realiza una cirugía de la columna vertebral hasta que los niveles de estrés del paciente hayan mejorado. La razón es que con frecuencia el dolor de los pacientes se resolverá una vez que hayan comenzado a recuperarse de su pérdida, incluso cuando hay un problema estructural importante que podría estar causando su dolor. El Dr. David Hanscom  lepidió a Betty que probara la escritura expresiva y luego avanzara a otras prácticas simples que incluye como parte de un proceso de curación, y ella aceptó. (Estas otras prácticas abordan el sueño, el estrés,

perspectiva de la vida, y condicionamiento físico. Los detalles se encuentran en backincontrol.com.) De hecho, en aproximadamente tres meses, el dolor de Betty desapareció, sin cirugía.

¿CÓMO FUNCIONA LA ESCRITURA EXPRESIVA EN EL DOLOR CRÓNICO?

¿Por qué este simple proceso funciona tan efectivamente? Porque los tratamientos dirigidos al dolor agudo en lugar del crónico sólo abordan los aspectos físicos.

de dolor. La escritura expresiva, por otro lado, aborda la conexión emocional / neurológica, un componente importante del dolor crónico.

“Cuando comencé a investigar la escritura expresiva, me sorprendió descubrir más de 1,000 estudios en la literatura de neurociencia que documentaban su poder curativo para los trastornos mentales y físicos. Incluso hablé con dos de los investigadores originales para validar lo que estaba observando en mi práctica (3, 4). Basándome en mi trabajo con cientos de pacientes, estas son algunas de las razones que creo que son las razones de la efectividad de este tratamiento para reducir el dolor crónico:”

1. Tú no eres tus pensamientos.No puedes controlar tus pensamientos. La investigación ha demostrado que suprimirlos no solo los hace más fuertes (5), sino que también daña tu memoria a corto plazo (6). Sin embargo, tu eres capaz de separarte de ellos. El acto de escribir crea un espacio entre tu y tus pensamientos. Al poner la pluma en el papel, tu te conviertes en el observador de tus pensamientos y sentimientos, en lugar de identificarte con ellos.  Es menos probable que reacciones automáticamente a los desencadenantes de tu entorno. Además, el hecho de que no guardes tu escritura te permite registrar tus pensamientos sin censura, tanto positivos como negativos, con total libertad. Nadie más los verá excepto tú. Lo más importante, no los estás analizando. Son sólo pensamientos, no “problemas”.

2. El dolor ama el estrés.Como comenté anteriormente, las emociones fuertes llevan a la producción de “hormonas del estrés”, que estimulan los circuitos de dolor. En el acto sin embargo, de escribir, el cerebro libera sustancias químicas que calman el sistema nervioso. Como una ventaja adicional, muchas personas han informado que la escritura expresiva justo antes de acostarse les permite conciliar el sueño más rápido que cuando no escriben (7, 8).

3. Cambia tu cerebro, pierde tu dolor.Mediante la escritura expresiva, asocia tus pensamientos con las sensaciones visuales y táctiles de la escritura, que se conecta con el cerebro inconsciente. Escribir en sí mismo es un proceso neurológico complejo, al igual que destruir las páginas. Todo esto resulta en el establecimiento de nuevos circuitos neuronales en el cerebro, nuevas formas de responder a los viejos desencadenantes del dolor. A medida que continúas escribiendo todos los días, estos nuevos circuitos “saludables” se hacen más fuertes y eventualmente se apoderan de los antiguos responsables de tu experiencia de dolor. Este es el milagro de la plasticidad cerebral, que permite que muchos pacientes eliminen su dolor crónico sin cirugía.

“El acto de escribir crea un espacio entre tu y tus pensamientos. Al poner la pluma en el papel, te conviertes en el observador de tus pensamientos y sentimientos, en lugar de identificarte con ellos. Es menos probable que reacciones automáticamente a los desencadenantes de tu entorno.”

Si te obsesionas con tus pensamientos y sentimientos, intentas suprimirlos o los analizas demasiado, corres el riesgo de fortalecer tus viejos circuitos de dolor. Tu cerebro se desarrolla en las áreas donde pones tu atención. También puedes colocar voluntariamente tu mano en esa estufa caliente o en el nido de avispas.

“A pesar de toda la evidencia que ensalza el poder de la escritura expresiva que le doy a mis pacientes, es sorprendente la cantidad de personas con dolor crónico que se resisten a este simple ejercicio. Un paciente, un profesor, acudió a mí con los nervios lumbares que estaban tan apretados que causaban dolor en las piernas. Le dije que pensaba que se beneficiaría de una operación simple llamada laminotomía para aliviar la presión; pero no antes de probar primero la escritura expresiva durante un par de semanas. Se mostró reacio, y me negué a realizar la cirugía, sin que el paciente hiciera este simple esfuerzo hacia su propia recuperación.

Pocas semanas después el profesor volvió. “Esto es ridículo”, dijo, riendo; “Comencé a escribir, ¡y en una semana mi dolor desapareció!” Comenzó a emplear el resto de mis estrategias recomendadas. Años después todavía estaba libre de dolor. Es posible que necesite cirugía algún día, pero mientras tanto, ¿por qué se somete a los riesgos de la cirugía de espalda cuando se siente bien?”

CÓMO ESCRIBIR EXPRESIVAMENTE

¿Estás listo para comenzar tu recuperación del dolor crónico? Aquí hay instrucciones simples para usar la herramienta de escritura expresiva:

• Con lápiz y papel (no un teclado), escribe tus pensamientos con total abandono, sin edición ni censura. No te detengas a meditar o elegir palabras; sólo escribe el estilo de la corriente de conciencia.
• Una vez que hayas terminado, destruye inmediatamente tus páginas. Rómpelas en pedazos pequeños y deséchalos donde nadie más pueda encontrarlos.
• Haz esto una o dos veces al día, durante cinco a quince minutos, todos los días. Haz que sea un hábito, como cepillarte los dientes. Incluso cuando tu dolor cede, retén la práctica de la escritura expresiva. Mantén tu buena higiene emocional.

“Puedes encontrar, que la escritura expresiva es tan efectiva que crea hábito. Lo he convertido en una parte esencial de mi rutina diaria. Durante esos períodos ocasionales en los que lo descuido, mis síntomas regresan en un par de semanas. Experimento trastornos del sueño y zumbidos en mis oídos; ñas erupciones en la piel reaparecen en la parte posterior de mis muñecas; me arden los pies, me pica el cuero cabelludo y me vuelvo más reactivo. Mi esposa me preguntará: “Cariño, ¿has estado escribiendo?”

NO OLVIDES

Las personas con dolor crónico tienen circuitos de dolor incrustados de forma permanente que se activan fácilmente con pensamientos, emociones y eventos estresantes en su vida diaria. No puedes desaprender viejos circuitos de dolor; Pero puedes construir otros nuevos que eviten el dolor.

 “La escritura expresiva: anotar sus pensamientos sin censura unos minutos una o dos veces al día y luego destruir lo que han escrito, ayuda a que su cerebro vuelva a aprender y recablear sus respuestas a las experiencias que provocan dolor”.

La escritura expresiva, donde anotas tus pensamientos sin censura unos minutos una o dos veces al día y luego destruyes lo que ha escrito, ayuda a que tu cerebro vuelva a aprender y a “volver a cablear” tus respuestas a las experiencias que provocan dolor.

“La escritura expresiva es sólo una de las varias estrategias de curación poderosas que recomiendo a mis pacientes para eliminar el dolor crónico. Otras herramientas incluyen: meditación activa, dormir mejor, identificar los desencadenantes que producen estrés y usar medicamentos cuando sea necesario. Sin embargo, de todo esto, la escritura. es el elemento fundacional necesario. He visto a muchos pacientes curarse completamente al realizar sólo este ejercicio básico”.

El viaje para salir del dolor crónico comienza el día en que empiezas a escribir. ¿Cuándo darás tu primer y más importante paso?

Referencias

1. Fredheim, O. M. et al. Los pacientes con dolor crónico no maligno se reportan como mala calidad de vida relacionada con la salud como pacientes con cáncer paliativo. Acta Anaesthesiologica Scandinavica (2008); 52 (1): 143-148.
2. Hashmi, J. A. et al. Dolor que cambia de forma: la cronificación del dolor de espalda cambia la representación del cerebro de los circuitos nociceptivos a los emocionales. Cerebro (2013); 136: 2751-2768.
3. Pennebaker, J. W. y Beall S. K. Enfrentando un evento traumático: Hacia una comprensión de la inhibición y la enfermedad. Revista de psicología anormal (1986); 95: 274–281.
4. Smyth, J. M. y Pennebaker, J. Explorando las condiciones de contorno de la escritura expresiva: En busca de la receta correcta. British Journal of Health Psychology (2008); 13: 1-7.
5. Wegener, D. M., et al. efectos paradójicos de la supresión del pensamiento. Revista de Personalidad y Psicología Social (1987); 53: 5-13.
6. Hulbert, J. et al. Inducción de la amnesia a través de la supresión sistémica. Comunicaciones de la naturaleza (2016); 7: 11003.
7. Baikie, K. A., y K. Wilhelm. Beneficios para la salud emocional y física de la escritura expresiva. Avances en el tratamiento psiquiátrico (2005); 11: 338-346.
8. Harvey, A. G. y C. Farrell. La eficacia de una intervención de escritura similar a Pennebaker para los que duermen mal. Medicina conductual del sueño (2003); 1 (2): 115-124.

RECURSOS ADICIONALES

1. Escriba su manera de salir del dolor crónico. David Hanscom, MD. (Vídeo)
2. Hanscom, David, MD. De nuevo en control: la hoja de ruta de un cirujano para el dolor crónico, segundo edición. Vertus Press, 2017.