La Cara de la Autoestima

Clasificado en: Desarrollo Personal
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¿Cómo sabemos si nuestra autoestima es sana?

 

De acuerdo a Nathaniel Branden, la autoestima proyecta el placer que uno tiene de estar vivo a través de un rostro, un ademán, en el modo de hablar y de moverse. Se expresa a sí misma en la tranquilidad con la que se habla de los logros o de los defectos de forma directa y honesta, pues uno está en amable relación con los hechos. Se expresa a sí misma en el confort que la persona experimenta en dar y recibir cumplidos, en las expresiones de afecto, en el aprecio y en situaciones similares. Se expresa en estar abierta a la crítica y en el alivio al reconocer los errores, porque la autoestima no está ligada a la imagen de «ser perfecto». Se expresa a sí misma cuando las palabras y los movimientos de una persona se caracterizan por la tranquilidad y la espontaneidad, que reflejan el hecho de que la persona no está en guerra consigo misma.

 

Se expresa a sí misma en la actitud de mostrar curiosidad y de estar abierto a las nuevas ideas, a las nuevas experiencias, a las nuevas posibilidades de vida. Se expresa a sí misma en el hecho de que los sentimientos de ansiedad o inseguridad, si aparecen, con probabilidad se prestarán menos a la intimidación o al agobio, pues aceptarlos, manejarlos y elevarse por encima rara vez resulta excesivamente difícil. Se expresa a sí misma en la capacidad de disfrutar de los aspectos alegres de la vida, de uno mismo, de los demás. Se expresa a sí misma en la flexibilidad personal al responder a situaciones y a desafíos, ya que se confía en uno mismo y no se ve la vida como maldición o fracaso. Se expresa a sí misma en el bienestar propio al mostrar un comportamiento firme (no beligerante) consigo mismo y con los demás. Se expresa a sí misma en una capacidad por preservar la calidad de equilibrio y de la dignidad en situaciones de estrés.

Expresiones físicas de una persona con autoestima

 Se observan características del siguiente tipo: unos ojos que están alerta, brillantes y llenos de vida; un rostro que está relajado y (exceptuando los casos de enfermedad) tiende a exhibir un color natural y una buena tersura en la piel; un mentón alineado con el cuerpo y que se sostiene con naturalidad y una mandíbula relajada. Vemos los hombros relajados y rectos; las manos tienden a estar relajadas y sueltas; los brazos cuelgan de forma fácil y natural; una postura carente de tensión, recta y equilibrada; el paso tiende a ser decidido (sin ser agresivo y recargado). La relajación implica que no nos escondemos de nosotros mismos y que no estamos en guerra con nosotros mismos. Oímos una voz que tiende a estar modulada con una intensidad apropiada a la situación y con una clara pronunciación.

La relajación implica que no nos escondemos de nosotros mismos y que no estamos en guerra por ser quienes somos. La tensión permanente expresa el mensaje de que existe algún tipo de ruptura interna, alguna forma de querer evitarnos a nosotros mismos o de repudiamos, algún aspecto de uno mismo que rechazamos o que está atado a una correa muy tirante.

¿Crees que tienes estas características? ¿O quisieras desarrollarlas mejor?

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